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sábado, 23 de agosto de 2014

Ensoñación.


Serás mía... 
en esa eternidad
donde el tiempo
detendrá
sus desgastadas
manecillas,
serás mía
en cada uno
de los rincones
de este mundo
donde tu cuerpo
retoza sensual
entre los rayos
de luna parda,
alimentando
mi mente
somnolienta
 y mordaz.
¡No me des excusas!
deja que mi mente
escape,
deja que se filtre
entre las persianas
y mire tu figura
acariciada por la luna;
Déjame sentir celos
por el espacio,
por no ser mis manos
quienes acarician
tu cuerpo.
Deja que mi loca
imaginación
se trastorne entre
tus sábanas,
que mis manos
se pierdan en tu lecho,
en esa piel tersa
y crispada de soles
donde los copos de nieve
dejan paso a mis besos;
seré el Gitano errante
que llegue
a tu tierra fértil;
allí,
donde solo mis pies
puedan pisar
la suave arena
y mi brisa
decante sus besos
en el atardecer
de este  mi ensueño.
Deja que mis manos
olviden, borren
ese pasado y escriba
sus nuevos versos,
esa historia sin tiempo
y con sabor a ti.
Deja que mis letras
se encuentren,
con placer,
con la nostalgia,
con la profundidad
de tus ojos marrones;
con esa tu trementina
que me desvela
en su insomnio.
Déjame oscilar
entre tus senos
libres y corrompidos
por estos labios
que gritan tu nombre
en el atardecer
pintado de rosa
y purpura;
mirando desde el balcón
la multitud enajenada
de anuncios luminosos.
Deja que mis alegatos
se pierdan entre
esas largas piernas
que sepultan
ansiedad y desvelo,
donde mi lengua
encuentra su idioma.
Deja que mis manos
vuelen altivas,
entre las llanuras
de tu piel erizada,
entre la bastedad
de tu cuerpo enardecido
que deambula
entre la suave seda
que cubre tu cuerpo
desnudo y libre.
Deja que mi silencio
encuentre su cordura
pronunciando tu nombre
entre la luz y sombra,
entre ese espacio
que dejan tus brazos
y mi rostro descansando
en tu pecho airoso.
Deja que mi locura
se alimente de ti,
de tus caricias peregrinas,
de tus besos carnosos,
de tu ansiedad;
deja que nos perdamos
en el tiempo y distancia,
en ese ensueño
que nos une y separa.
Deja que mi nostalgia
encuentre su nicho
entre tus brazo
y cobijes mis ganas
con tus manos labriegas,
déjame perder la sensatez
encada uno de tus besos;
deja que mis noches
encuentren su estela
en el universo de tus poros;
déjame llenar mis versos
escribiendo tu nombre
a lo largo de tu playa
sin nombre.