El viento se desliza entre las persianas,
Envuelve mi cuerpo desnudo de invierno,
Dejando que sus caricias abriguen mis sueños,
De primaveras enfiladas en el despeñadero.
Dejo que mis poros absorban tu esencia,
Filtrándose sutil, mágica, deliciosamente,
Entre las comisuras de mi alma,
Dejando que mi cuerpo se desvanezca.
Me dejo llevar por tus instintos sirena mía,
Tus piernas me embelesan y me atrapan,
En tus torbellinos de agua profunda,
Enajenando mis plegarias de amor.
Me abrazas en la mitad de la noche,
Tu voz canta mi nombre secreto,
Y tus manos como palomas viajan,
En el horizonte de mis sensaciones.
Tus ojos de niña traviesa desafían,
Mis noches de soledad perenne,
Dejando la febril noche de bohemia,
Abrasen tus carnes serpenteantes.
Ven vida mía, abrásame en la penumbra
Del día que acota sus horas entre tus besos,
Arrópame con tu calor de sirena viajera,
Y mis ojos se cerraran en tu ensueño.
José Flores.
5/26/12.
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