Hermosa dama que
llenas mis nostalgias,
Tú que con tus
manos haces arte,
Elaborando intrínsecos
adornos,
A ti mujer que
llenas de inspiración la vida,
Al entregarte
bella en el destino,
Dejando en tu
camino la huella perenne,
Que sigo como fiel
esclavo humildemente.
Mujer que llenas
las líneas de mis versos,
Que escribo al
acariciar tu piel blanca,
Déjame recitar mis
versos del alma,
Para dar mí diezmo
a tu belleza.
A ti mujer que en
tu vientre encierras el misterio,
Ese bendito
misterio de la creación,
A ti mujer que con
furia guerrera,
Enfrentas la vida
misma, llenándola de amor.
Déjame recorrer
las líneas de tu cuerpo,
Deja que este
siervo de su tributo,
Llenándote de
frases y besos,
Tomándote entre
mis brazos y amarte.
Déjame llevarte a mi
mundo,
A ese mismo donde
eres mi reina,
A ese lugar mágico
donde te amo,
No solo por ser
mujer.
Si no por se el
misterio del amor,
El centro de la creación,
El universo de
versos,
La musa de mi corazón,
A ti mujer bella
flor del mundo,
Llenas de tu
fregancia,
Y alegras mi
mirada,
Con tu grácil caminar,
A ti bella mujer,
Que con tu sonrisa
calmas mi tempestad,
Con tu palabra suavizas
mi necedad,
Y con tu mirada iluminas
mi caminar,
A ti mujer que mi
faro eres en la tempestades,
A tu bendita
presencia en este mundo,
A ti mi guerrera mística,
Doy mi corazón sangrante
de dicha.
A ti a quien
escribo,
Mi inspiración perpetua,
Mi bella musa,
A ti entrego mi
alma mujer.
José Flores.
3/8/12.
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