Te miro sentada en
el sofá y tu piel mojada,
Miro como las
gotas de agua aun recorren,
A lo largo de tu
espalda dividiendo,
Los deseos en
ambas partes de tu ser.
Miro como se
desliza entre tus glúteos,
Aun arrojando el
vapor de la ducha,
Entre la cadencia
de tu respiración,
Que amotina tus
senos vibrantes.
Mis manos capturan
tu silueta traviesa,
Descarando sus
caricias en tu piel,
Perdiéndose en
cada una de tus laderas,
En esa geografía
que me extasía.
Déjame perderme en
la profundidad de tu ser,
Encontrar en cada
uno de tus pliegues,
La magia que me
embruja en cada caricia,
Beber de la
misteriosa miel de tus labios.
Y volverme ermitaño
entre tus montanas,
En tu fuente de
vida me perderé,
Dejándome llenar
cada espacio
Entre tus sueños y
mis esperanzas.
José Flores.
4/3/12.
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