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lunes, 17 de septiembre de 2012

Sueño o Realidad.




Las tres de la mañana, todo es oscuridad,
cierro mis ojos y miro la claridad de los tuyos
acariciando mi cuerpo con esa mirada dulce,
deseosa de darme un beso en la frente.

Mis ojos aun cerrados sienten la claridad
de este amanecer infectado de dicha,
pero mis ojos aun no se abren a la realidad,
de este día que en mi lecho no estas.

Mis sueños de vuelcan en nuestro nicho secreto,
donde confabulamos mil y una historias de amor,
deseosos de vernos entre sueños de otoño
y un verano que desfallece en el tintero del almanaque.

Una noche termina en este desollado correr
de un tiempo que finiquita su noche,
en un nuevo despertar en el transcurso
de mi vida decantada entre tus brazos.

Este despertar con tu ausencia perenne,
pero que aun percibo la dulce humedad
de tu cuerpo entre los pliegues de mi piel
y tu calor de hembra en celo en mis sabanas.

Despierto en esta mañana con el sabor
de esos labios carnosos, tu saliva endulzada
y tus secretos impregnados en cada uno
de mis sueños donde nos devoramos.

Pero despierto con mi realidad, con mis añoranzas,
con cada una de mis plegarias de no terminar las noches,
donde pido tus brazos me arropen y me opriman
el pecho que tatúa tu rostro en mi piel.

Despierto y no estas, en este amanecer
donde los lamentos iracundos de las cigarras
dejan su canto melancólico a la luna,
donde nos fugamos entre sueños a la playa.

Ese sitio secreto donde tu aroma me lleva,
deslizándome entre los suaves cirros
y me dejo amar entre tus piernas
que aprisionan a este loco lobo estepario.

A este Gitano que llena sus manos de caricias,
a este andariego del mundo que peca
en cada paso dado al tenerte lejos
y no poder estar a tu lado, para amarte.

Este es mi despertar en la soledad de mi lecho,
donde solo huelo tu aroma a flor de invierno,
donde solo acaricio tu cuerpo impreso
en la blanca sabana que acaricio tu alma.

©José Flores.
9/17/12.

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