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lunes, 29 de octubre de 2012


A Tus Ojos.

Me interno es las tormentas otoñales de tus ojos
desdeñando sus secretos guardados en su bruma,
salpicando el almendrado de su mirada perdida
en la radiante mañana de un nuevo comienzo.

Miro tus ojos serenos, con la profundidad del mar,
abrazando la esperanza que nos da el peregrinar,
dejo el abalorio engarzado de tus lagrimas perdidas,
como perlas escarlata en los dinteles del tiempo.

Tus ojos subyugando el atardecer de otoños secos,
mirando el caer de sus hojas rojas de arboles añejos
dejando  las ambrosías invadir los sueños con su follaje,
cuajados de los estertores sonámbulos del tiempo.

Eso bellos ojos de ámbar cruzando las fronteras
donde el tiempo enmudecen su camino errante
y la distancia pierde su intensión en solitario,
llenándome de su amor entre las líneas del verso.

Miro esos ojos llenos de sueños de tiempo austero,
anécdotas de Neruda en mano y Cortázar en otro,
filosofía de una vida, cadenciosa como sus caderas
y llena de su propio latir entre líneas escritas.

Dejo llevar mi intelecto a través de tus líneas,
tus labios delineados y besos amelados,
llenando mi recinto sagrado con tus dulces caricias
y abrigando en tu pecho colérico mis sueños.

Perdiéndome en tu mirada taciturna al filo del lecho,
donde dejo mi alma en tu hermoso lienzo color canela,
abandonándome en tus sueños de ninfa pasajera
de este mundo lleno de versos y amores secretos.

José Flores.
10/29/12.

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