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sábado, 1 de diciembre de 2012

Seré Deseo.




No deseo despertar, no quiero abrir los ojos,
dejar el nicho donde dejé tu amor en los labios,
esperando el amanecer de un nuevo día en ti;
no deseo terminar este momento que llevo en mí.

Aun respiro tu aroma a mar  impregnando
mis ensoñaciones de amarte en el amanecer,
olvido las lunas, las noches de penumbra,
donde mis labios depositaban sus recuerdos.

Soy la sombra que se desliza impaciente,
el faro que alumbra su camino en la neblina
llenando con sus destellos la suavidad
de las olas que sufragan sus caricias en ti.

No deseo despertar en la penumbra abnegada,
donde mi soledad se enfrenta descompuesta
entre los escombros de los atardeceres
que embarcan mis maquiavélicas ensoñaciones.

Soy el fruto de mis despertares, la somnolencia
que amotina el rayo de luz en la penumbra,
el fálico encuentro de los cuerpos desnudos
en su sonata entre el claro de  luna y ambrosias.

Despierto entre tus sueños de gitana perdida
entre las sabanas de mi memoria embalsamada,
segregando sus seniles recuerdos de noches
donde las cigarras arrullan al ave nocturna.

Soy tu recuerdo entre las paredes sudadas,
en las mazmorras de tus deseos íntimos
donde alojo mis besos desprendidos
y te lleno de gemidos en los atardeceres.

Hoy despierto después de invernar por siglos,
mis remolinados cabellos se desprenden
del letargo, ansiedades que sucumben al fin
en cada beso depositado en tus pies de mármol.

Soy tu memoria, el pergamino donde se escribió
cada uno de los versos que compusieron,
nuestra historia de amor en la brevedad
de tus suspiros al amanecer pintados de rosa.


Despierto entre mis memorias atrapadas
en la eternidad de tus ensoñaciones,
en la claridad de tus ojos infantiles
y dejando mi mundo en tus poros.

Seré de ti, en cada una de mis memorias
que enmarquen los días que pase en tu lecho
dejando grabados en tus sienes mis besos
y en tu pecho mi nombre que reclamas.

Sáciame de tus mieles nocturnales,
de las secuelas de tus besos en mi frente
y ver tu figura languidecer en la cortina
de la luz que se filtra tímida en los rincones.

Despiértame de este letargo infame
que sepulta mi corazón entre las sombras,
dame tus manos y arrópame en tu pecho
déjame ser tuyo en la brevedad del viento.

©José Flores.
12/1/12.

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