Miro en el espejo de la vida
mis carnes ya abatidas
por el incansable paso de los años
que han marcado mil paginas
me siento a la orilla del mar
escuchando la melodía
que sale de su profunda voz
acariciando la suave playa
mi pensamientos se revuelcan en las olas
que alguna vez abrazaron tus lagrimas
en el profundo lamento de mi ida
donde mirabas al horizonte
nuevas estrellas emergieron
nuevas palabras escuchaste
pero el eco de mis versos
en ellos te reflejaste
mis carnes erosionadas por tu recuerdo
se crispan en el viento frio
de la soledad que llega
como promesa a mis silencios
este silencio ensordecedor
de mis adentros
que gritan tu nombre tres veces
para poder despertarte de tu letargo.
José Flores.
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