En esta mañana
donde los ángeles
depuran sus penas
vertiendo sus lagrimas
me encuentro postrado
frente a tu deidad
rasgo mi pecho
dejando brotar su tinta
escribiendo las frases indelebles
este amor que desgarra
mis palabras fluyen cual torrente
sedientas de tus labios
que exclaman mi nombre
en la oscuridad de la noche
donde tus ojos de ámbar
iluminan mi andar
tu cuerpo esparcido
en la blancura de mi invierno
llega a su destino
tu primavera floreciente
tus pétalos caen como cascada
abrigado mi piel helada
y tu calor protege
mis ensoñaciones invernales
tus caricia dan calor
a mi corazón dormido
empezando a despertar
mis instintos de alcoba
tus labios tiernos
se anclan en mi pecho
que desangró suspiros
al escuchar tu voz
tus colinas descansan
sobre mi cuerpo
sintiendo el latido
de tu corazón agitado
mis manos te llevan
entre las praderas
que mi nieve transforma
en suave arena
mi cuerpo que anclado estaba
en la tundra de mis recuerdos
ahora abriga la suavidad de tu cuerpo
mis labios te gritan
y los callas con los tuyos
mis manos te exploran
las tuyas me tranquilizan
nos besamos en esta tarde de lluvia
sintiendo tu piel recorrer mis piel
deliciosamente desafiante
empujando mis deseos
tu calmas mi tempestad
con tus caricias y besos
mi temperamento de mar
encuentra su paz
me tomas de la mano
suavemente
y tu ojos de ámbar
se desploman sobre mi
me llamas por mi nombre
que deje de escuchar
desde que deje mi alma
en el invierno
ahora soy tu esclavo,
y mi furia queda emancipada
con los besos que derramas
bella sirena de mil primaveras
José Flores.
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