Mi cuerpo se
estremece al roce
de tus manos,
que llevan su mensaje
a la intimidad
de nuestro encuentro
bajo la lluvia
que cómplice provoca.
Sentimos las
caricias envolviendo,
nos llevan a ese
frenesí infrahumano
a ese placer de
poder acariciarnos
dejando que el
tiempo detenga su escape.
Nos fugamos
entre las comisuras de la eternidad
dejando que
nuestra desnudez proclame su ventura
arropada en con
la brisa que sustenta los versos
que escribimos
en nuestra piel mojada.
Tomaré cada una
de tus caricias,
engargolaré el
mas precioso collar
con la perlas que
segregan tus ojos
y lo colocaré en
tu esbelto cuello .
Desprenderé mis
caricias, depositándolas
en tu intimidad
que exhala sus deseos
de ser mi diosa
de noches en brama
apaciguando mis
ansias de tenerte.
Dejare mis manos
recorrerte suavemente
siguiendo el
caudal que baja a tu vientre
saciaré esta sed
de ti de tu cáliz de vida
beberé entre tus
pechos de afrodita.
Saciaré estas
ganas de ti entre la lluvia
donde tus
esperanzas me esclavizan
donde tus
placeres me ahogan en mi pecho
entre tus
piernas que se enredan airosas.
Déjame saciar
este deseo de ti
de apoderarme de
tus placeres
que subyugaran
mis noches
entre tu cabello
y tus deseos
Saciaré esta hambre
de tu piel
desprenderé el bálsamo
que llene
mis ensoñaciones
de recorrer
tu cuerpo en mi
lecho de musgos.
Dejaré que mi
intelecto colapse entre tus brazos
y me lleve a ese
mundo que solo tu creaste
para poder
encontrarnos en la intimidad
de nuestros cuerpos
y dejarnos llevar.
En la marea de
los deseos y pasión
que enciende mis
entrañas al encontrar
tu cuerpo entre
mis brazos gitanos
entregándote mi
amor y desvelo.
José Flores.
8/6/12.
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