Sumisas palabras caen
en el laberinto,
llenas de amor y
fragancias a verano
de ese amor que golpea
la puerta
del corazón febril en el
Otoño vacío.
Segregan sus lamentos
entre los muros
que aprisionan el
corazón en brasas
dejando que las
heridas cautericen
el tiempo dejando sus
cicatrices vivas.
Amazona del tiempo que
desprendes
tu manto de
castañuelas, blanca seda
dejando a la deriva
del pensamiento
tu figura diurna entre
mis manos.
Dejando que mi
febril mente mordaz
se aprisione en
tus pechos dementes
saciando la sed
de este poeta loco
que abraza tu
talle de gitana errante.
Postrándome a ti
mi diosa danzante
donde tu baile
embruja la luna
que suavemente
acaricia tu piel
dejando sus
estrellas brillantes.
Diamantina que
engarza tu figura,
dejando mis ojos
poder retenerte
y llevar tu
presencia a mi mundo
de cigarras
enardecidas en celo.
Te lavaré el
cabello con mis besos,
saciaré mi sed
de ti con tu miel
que tomaré entre
mis labios
en el beso
eterno que robaré de ti.
Para llevarlo
conmigo en el viaje
que emprenderé en
el tiempo
llevando conmigo
tu sonrisa
y tu rostro
tatuado en mi pecho.
Me saciaré de ti
en las noches
de invierno dándome
tu calor
en las
madrugadas desoladas
encontrándote en
mis sueños.
Me perderé entre
tus sueños amor
dejando que mi
alma se fugue
entre la neblina
y llegue a ti
en cada noche de
luna creciente.
Abrazaré tu
cuerpo dándole forma
con mis manos
que te aman eternamente
dejando la
humedad de mis sueños
encallados en
cada caricia gitana.
José Flores.
8/6/12.
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