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lunes, 25 de abril de 2011

Amor en el ocaso.

 Ah soledad, mi fiel compañera
donde la oscuridad del día se alberga
entre mis colapsos de tiempos lerdos
acariciando el ocaso de mis días

Ve arrópame amada mía
en esta soledad que me asfixia!
en esta misma que mi llanto
grita tu nombre invocando tu presencia!.


Dando consuelo a mi compañera soledad,
dando el consuelo a su frio tormento
de encontrarme sin tus besos,
donde llegas en la noche de tormenta.

Ven Aida, desliza tus manos en mi cuerpo
llena de tus calma mi corazón
que solo late en tu presencia divina
allanando el lúgubre camino.

Ven amor, ilumina mi oscuridad
con la sonrisa de tu rostro gentil
con la magia de tu cuerpo de sirena
con tu mirada de ángel caído

despliega tus alas sobre mi cuerpo desnudo
cúbreme con tu amor sin preguntas
lléname de tus anhelos de cama silvestre
ven Aida, tómame de la mano y caminemos

miremos el amanecer de nuestros días,
llenemos nuestros sueños con las caricias
y los besos de pasión sin medida,
congelando el tiempo en la alborada.

Acá estoy parado en el horizonte,
donde nace el sol y las esperanzas,
donde la pandora no tiene poder
sobre nuestro amor de libertad.

José Flores.

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