Escucho en la inmensidad del horizonte
El suspiro doliente de este atardecer
Que se desvanece en el infinito su luz
Dando paso al incesante chispeo de estrellas
Atónito miro cruzando el firmamento
La bella luz que de tus ojos emana
Opacando la brillantez de la luna
Que tímida se esconde al sentir tu belleza
Tu piel blanca como copo de nieve
Contrastando con el marrón de tus ojos
Hipnotizan el canto del ave mítica
Entonando su melancólico canto
Tu mirada se postra en i ser
Y mis ojos mortales sucumben ante ellos
Ofreciendo tributo a tu belleza
Hermosa dama de mis sueños
Mi corazón se fragmenta para axial
Mimetizar tu cuerpo de afrodita
Abrigando delicadamente tú figura
Y proteja tu fragilidad de diosa
Mi voz combinando el canto del ave
Forman las estrofas que declaran tu deidad
Ante el mortal que apuesta su vida
Al hacer de su encuentro un sueno invernal
Hermosa dama que iluminas la oquedad
De mi profundo corazón
Dando vida con tus manos
A mis sueños y desquebrajados
Mis carnes sucumben ante ti
Frenéticas y ansiosas de llevarte
Al mundo de Eros en carroza alada
Entregando nuestros cuerpos en delirio
1/15/07.
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